La audiodescripción de JUANA DE ARCO EN LA HOGUERA, de Arthur Honegger, ya está disponible mediante la aplicación Teatro Real Accesible. La obra estará en escena hasta el 17 de junio.

Os recordamos que el Teatro Real dispone de bucle magnético y ofrece subtitulado general (sobretítulos) en todas las óperas. Cuenta, además, con un servicio telefónico de información y venta: 902 24 48 48.

ENLACES DE INTERÉS

Página oficial de Las bodas de Fígaro, en la web del teatro Real: https://www.teatroreal.es/es/espectaculo/juana-arco-hoguera

Sinopsis

En realidad está concebida como un oratorio dramático, con texto para posibilitar la intervención de actores y actrices. En este caso, Juana de Arco está interpretada por la actriz francesa Marion Cotillard. El drama tiene lugar durante el juicio y la ejecución de la heroína, que atada a la hoguera, recuerda los episodios más importantes de su vida.

Tiene 11 escenas que se suceden sin interrupción:

  • Las voces del cielo.
  • El libro.
  • Las voces de la tierra.
  • Juana abandonada a las fieras.
  • Juana en el poste.
  • Los reyes o la invención del juego de cartas.
  • Catalina y Margarita.
  • El rey se dirige a Reims.
  • La espada de Juana.
  • Trinazzo.
  • Juana de Arco en las llamas.

El prólogo es una cantata sobre el poema La doncella bienaventurada (1847) de Dante Gabriel Rossetti 

La adoración de la dama celestial y la turba fanática prendiendo en la hoguera a una mujer acusada de brujería constituyen los extremos de la representación medieval de lo femenino que unifica este estimulante programa doble. No escasean las conexiones entre ambas obras, pues aún cuando las dos reniegan del título de «ópera» –estamos ante una cantata simbolista en el caso de Debussy y de un oratorio dramático en el de Honegger–, fueron compuestas teniendo a Wagner en mente. Por un lado, un joven Debussy capaz de tocar al piano de memoria Tristan und Isolde, antes de renegar del hechizo del «viejo mago» en Pelléas et Mélisande. Por otro, un Honegger en la cúspide de su carrera, fascinado –a la vez que su libretista Paul Claudel– por el concepto wagneriano de «obra de arte total», pero dispuesto a alcanzarlo con unos mimbres totalmente nuevos.

Con duraciones y registros dramáticos y musicales contrapuestos y perfectamente complementarios, La damoiselle élue resplandece como una vidriera de Fra Angelico, mientras el colorido modal, los agregados politonales y el timbre fantasmagórico de las ondas Martenot de Jeanne d’Arc au bûcher parecen reflejar su luz en los muros de piedra.